La puerta del Sol está siendo por unos días, semanas y a saber hasta cuánto tiempo, el centro del universo de la reivindicación social y política. No solo teniendo, como es evidente, repercusión en nuestro país, sino también a nivel internacional. Renombrada propiamente como Plaza SOLución, Plaza Tahrir (Centro de protestas egipcias en la capital de El Cairo) o Acampada Sol, reúne en cuestión de razas, edades y clases sociales toda la variedad imaginable que pueda habitar esta magnánima ciudad. Aspecto significativo de la influencia que está teniendo dicha movilización y no solo tratándose de un hecho aislado de unos pocos que tienen ganas de hacer ruido o de dormir fuera de casa. Destaca la organización interna mediante comisiones y su civismo. Todo un ejemplo de cómo se gesta o levanta algo de la nada mediante medios precarios, pero con dos principios que puede mover el mundo hacia una dirección mucho más adecuada y que parece que en nuestra sociedad se han dejado de lado o abandonado. LA SOLIDARIDAD Y LA COLABORACIÓN.
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