pesadilla en el parque de atracciones

Entrar en su interior y rodearte de sus amasijos de hierros oxidados, recuerda a las películas célebres y apocalípticas de Mad Max, así como otras de más actualidad que ahora no mencionaré. La sensación es: muerte. Todo, exceptuando la vegetación (que por poco no está incluida), es inerte. Silencio sepulcral. Ni un alma se pasea en su recinto. La antítesis a lo que debía ser en su día por su actividad. Dinamita, demolición, maquinaria pesada y muchas otras ondas sonoras debían hacer imposible llevar una simple conversación sobre cualquier tema trivial, aparte del típico: -"pícame esa piedra, anda..."-. Si tienes una "gran pizca" de imaginación, puedes llegar a creerte que estás en un parque de atracciones con sus toboganes y demás variantes. Ahora, piénsatelo más de una vez en utilizarlo de ese modo y no como una simple cantera abandonada, a no ser que quieras salir muy lastimado y que todo se convierta en una pesadilla.